El sábado 10 de febrero, un cobrador de autobús murió tras caer y ser arrollado por la misma unidad en Chinameca, San Miguel.
El joven, Antony Rodríguez Marín, de 18 años, trabajaba recogiendo el dinero del pasaje en la ruta 479, que recorre entre San Miguel y Jucuapa, en Usulután.
Según el reporte de socorristas, el motorista del bus manejaba en aparente estado de ebriedad.
En la calle principal del cantón Zaragoza, no redujo la velocidad al encontrarse con un túmulo, lo que provocó que el joven, quien estaba en la puerta delantera, perdiera el equilibrio y cayera delante del vehículo.
La víctima sufrió graves lesiones al ser impactada por el bus. Los socorristas de Comandos de Salvamento lo trasladaron al Hospital Nacional de Nueva Guadalupe, en San Miguel.
Sin embargo, debido a la gravedad de las lesiones, falleció en el trayecto.
Los socorristas describieron que el bus pasó por encima de la cabeza del joven, causándole trauma craneal. A pesar de los intentos de reanimación, no presentaba signos vitales antes de llegar al centro hospitalario.
El motorista continuó la marcha del bus unos metros más adelante, pero según el reporte de la institución de socorro, se quedó dormido.