Tres pandilleros del Barrio 18 fueron condenados a 15 años de cárcel por extorsionar a un empresario migueleño, a quien le exigían $5,000 quincenales en concepto de pago por dejarlo trabajar y no atentar contra la vida de su familia y empleados.
La Fiscalía General de la República (FGR) con abundantes pruebas científicas, técnicas y testimoniales demostró que José Tomás Saravia Martínez, Carlos Alfredo Gonzáles y Francisco Javier Hernández, por 15 meses y bajo amenazas de muerte le exigieron dinero a la víctima.
Gracias al trabajo fiscal, el Tribunal Segundo de Sentencia de San Miguel condenó a 15 años de cárcel a José Tomás Saravia Martínez, Carlos Alfredo Gonzáles y Francisco Javier Hernández.
“Además de cárcel, los tres imputados fueron condenados civilmente. Tomás Martínez deberá de pagar $300, Carlos Gonzáles $400 y a Francisco Hernández el juez no le ha especificado el monto a pagar” dijo el fiscal del caso.
La sentencia condenatoria fue impuesta gracias a que la FGR comprobó que la víctima entregó entre marzo de 2020 y junio de 2021 las cantidades entre $5,000 y $400 cada quince días.
Los hechos que se le atribuyen a los delincuentes iniciaron en marzo de 2020, cuando Francisco Hernández, llamó por teléfono a la víctima identificándose como pandillero del Barrio 18, con el objetivo de informarle que desde ese día debía pagar $5,000 cada quince días o de lo contrario no lo dejarían trabajar y atentarían contra su vida, la de su familia o empleados.
El empresario por miedo a las amenazas accedió a pagar la extorsión por un año y en marzo de 2021 denunció ante la Policía Nacional Civil (PNC), y estos le dieron acompañamiento por tres meses en la negociación y entrega del dinero.
En total, la PNC realizó entre marzo y junio del mismo año 5 entregas -de extorsión- bajo cobertura policial con montos entre $200 y $400, en distintos lugares de la ciudad de San Miguel.
En los procedimientos se logró recabar fotográficas y pruebas que incriminaban a los pandilleros.
Según la investigación fiscal, Francisco Hernández fue el encargado de hablar y negociar la extorsión, mientras que Tomás Martínez y Carlos Gonzáles, fueron los encargados de recogerla.