Decenas de piezas precolombinas costarricenses han sido repatriadas, esta semana, desde Estados Unidos, luego de permanecer casi una década guardadas en una bóveda del Banco BICSA en Miami.
Sin embargo, la oficina de prensa del Museo Nacional confirmó que, por falta de presupuesto, no se han podido traer más piezas de otros países.
“Hay más piezas en diferentes países, en Estados Unidos hay varios consulados que tienen, así como en Países Bajos, Suiza, Argentina, Italia, entre otros. Los objetos están allí resguardados y a la espera de ser repatriados por un tema presupuestario”, indicó Wendy Segura del Museo Nacional.
Segura también explicó que, dependiendo de los tamaños y pesos, se requiere dinero no solo dinero para el traslado, sino para los seguros.
Ha sido el pasado martes cuando llegó un cargamento con 33 piezas a suelo tico, en un recorrido que estuvo custodiado de principio a fin por el consulado de Costa Rica en Miami.
Los objetos, que ahora pertenecen al Museo Nacional, consisten principalmente de pequeñas y medianas vasijas, instrumentos musicales, figurillas humanas, incensarios y fragmentos cerámicos que tienen una antigüedad de más de 2.000 años.
“No fue fácil traerlas, el monto del avalúo era de ₡2.275.000, sobre eso debíamos pagar un seguro y el museo no tenía contenido presupuestario.
Fue gracias a la intervención del Viceministerio administrativo del Ministerio de Cultura y Juventud, la colaboración del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, a la donación de transporte del señor Carlos Badilla de la empresa Ocean Logistics y al seguro que cubrió el Instituto Nacional de Seguros (INS), que en este año 2022 se pudieron traer las piezas”, dijo Ifigenia Quintanilla, directora del Museo Nacional.
Quintanilla también añadió que, desde la institución que encabeza, las piezas se consideran como un tesoro invaluable que esperan pronto puedan formar parte de las exposiciones que ofrece el museo a la ciudadanía.
Las piezas fueron identificas por los peritos en arqueología del museo como provenientes de la región arqueológica Central y del sector Caribe.
“Ahora estos objetos son parte del patrimonio arqueológico nacional y lo que sigue es registrarlas en las bases de datos del museo para catalogarlas y estudiarlas. Es posible que algunos de estos objetos sean utilizados en futuras exposiciones”, agregó Quintanilla.