Según el relato de un testigo, presentado por la Fiscalía General de la República, Wilmer es integrante de la Mara Salvatrucha y sospechaba que su amigo Pedro Antonio Quintanilla, también integrante de la Mara, era informante de la Policía Nacional Civil.
Durante una visita que Pedro le hizo a su casa, en la colonia La Pradera de la ciudad de San Miguel, Wilmer empezó a acusarlo de brindar información a las autoridades, lo que generó una discusión entre ambos integrantes de la MS-13.
En ese momento Wilmer sacó su arma de fuego y le disparó a su amigo, quien murió en el instante.
Luego con la ayuda de sus padres Jorge Alberto Vela Ibarra y Xiomara Chicas de Vela y un taxista, Wilmer metió el cadáver en el baúl de un taxi.
Posteriormente, trasladaron el cadáver de la víctima unos 10 kilómetros hasta un sitio baldío, en el caserío El Guayabal, del cantón Hato Nuevo, donde lo enterró con la colaboración de sus padres.
El crimen fue cometido en agosto de 2016. Por este mismo hecho, en mayo de 2017 la Fiscalía General de la República intimó (acusó) a Bryan Francisco Orellana en las bartolinas de San Miguel, quien además, ya estaba acusado por homicidio y extorsión.
El juez del Tribunal Primero de Sentencia de San Miguel valoró el testimonio del testigo, por lo que impuso la pena de 20 años de prisión para el imputado por el delito de homicidio agravado y 15 años de prisión a sus padres por considerar que fueron cómplices necesarios en el crimen.