El huracán Fiona ha dejado a docenas de familias aisladas en Puerto Rico tras destrozar carreteras y puentes, y las autoridades seguían tratando de llegar a esas zonas a cuatro días del paso del paso del meteoro por el territorio estadounidense, donde causó inundaciones históricas.
Además por el momento, los funcionarios gubernamentales están trabajando con grupos religiosos, con ONGs y con otras personas que desafían los deslaves, el lodo espeso y el asfalto quebrado para llevar a pie comida, agua y medicamentos a quienes más lo necesitan, pero están bajo presión para despejar caminos que permitan la llegada de vehículos a las zonas aisladas pronto.
Al menos seis municipios de la isla tenían zonas aisladas tras el paso de la tormenta, estimó Nino Correa, comisionado de la agencia local de gestión de emergencias. Fiona ha tocado tierra en la isla como un huracán de categoría 1, pero el miércoles alcanzó la 4 en su avance hacia Bermudas.
Manuel Veguilla no ha podido salir de su vecindario, en la localidad montañosa de Caguas, en el norte de la isla, desde la llegada de Fiona el domingo.
“Estamos todos incomunicados”, afirmó agregando que estaba preocupado por los vecinos de más edad, incluyendo su hermano mayor, que no fuerzas para la larga caminata hasta la comunidad más cercana.