Un día después de haberse despedido de forma peculiar en su perfil de Facebook, un reconocido vendedor de frescos de apellidos Rosales y de 33 años, se privó de la vida sobre una tumba en el cementerio municipal de Masatepe, Masaya.
“Lo último que parió la chancha. No volverán a ver mis post bien mier…Hasta nunca maldeeetos!!!, escribió Rosales el domingo en su cuenta de la red social, y la noche de ayer lunes, su cuerpo sin vida fue hallado sobre una sepultura del camposanto masatepino.
Rosales habitaba en el barrio Los Rincones, de Masatepe, y durante un año se dedicó a la venta de refrescos en las calles de Jinotepe, en donde la gente lo buscaba para calmar la sed con sus deliciosos productos, sin embargo la muerte de un hermano lo sumió en una profunda depresión.
Se presume que para acabar con su vida, Rosales ingirió veneno y dejó en la orfandad a un pequeño niño y llorando su partida a su compañera de vida.
Presuntamente, a la par del cuerpo del masatepino fueron encontradas varias cartas de las cuales sólo sus familiares conocen su contenido.
Agentes policiales de Masaya investigan más detalles sobre el deceso del masatepino.