En su lucha por combatir y reducir los casos de dengue, zika y chikungunya en el país, el Gobierno del Presidente de El Salvador Nayib Bukele, a través de los equipos técnicos del Ministerio de Salud, han intervenido 42,768 viviendas en una semana a escala nacional.
El incremento de acciones en las últimas semanas ocurre en el periodo más lluvioso del invierno, lo que aumenta el estancamiento de agua en diversos depósitos en uso e inservibles y que, consciente e inconscientemente, los salvadoreños guardan en sus hogares y entorno comunitario, con los que se crean las condiciones multiplicadoras de la crianza del mosquito Aedes aegypti, transmisor de las tres enfermedades.
El informe del Ministerio de Salud en su semana epidemiológica número 35 revela que, en las casas visitadas, el personal de salud inspeccionó factores de riesgo como depósitos de agua, llantas, estopas de coco, floreros, barriles, pilas y otros recipientes; además entregó abate o larvicida granulado para matar y detener la proliferación del mosquito.
Además, el personal ha entregado 28 gramos de toxina producida por las bacterias bacillus thuringiensis subespecie israelensis, también se puso peces en 557 depósitos para que devoren o maten las larvas.
Sumado al esfuerzo, los equipos fumigaron el interior de 18,718 viviendas y 141 áreas de afluencia colectivas como centros educativos, iglesias y mercados, de igual forma, 904 áreas colectivas abiertas, entre ellas parques, estacionamientos y diferentes puntos de encuentro, donde se aplicaron medidas integrales de búsqueda, tratamiento o eliminación de criaderos.
Además, fueron ejecutados 172 controles de focos con fumigación tanto dentro como fuera en un radio de 100 metros de zonas domiciliares.
Enfocados en que las fumigaciones solo eliminan a los zancudos adultos, pero no sus criaderos, corresponde a los salvadoreños sumarse a este esfuerzo de erradicar los focos de infección. De ahí que el personal brindó 1,299 charlas preventivas presenciales y mediante 38 horas de perifoneo, para hacer hincapié en la necesidad de mantener buenos hábitos higiénicos en los hogares, parques e iglesias para que no se conviertan en criaderos de zancudos.