En dos domicilios de barrio Comercial, en el sur de la ciudad de Córdoba, y en uno de Villa Adela, en la zona sudoeste, los investigadores hallaron elementos de prueba para la causa por el brutal homicidio cometido en Villa María contra el funcionario municipal de Tío Pujio, Germán Torno (59).
También allí, en el primero de los sectores, sobre calle La Cumbre al 5900, detuvieron a Marcelo Ricardo Malagueño, de 45 años de edad, acusado del delito de encubrimiento agravado.
Pero los principales esfuerzos están orientados a capturar a Claudio Andrés Luján (47) y Sergio Emiliano Herrera (30), quienes están apuntados por el fiscal René Bosio como los autores materiales del crimen cometido en barrio Florentino Ameghino de Villa María entre el martes y el miércoles último.
Luján y Herrera tenían sobre sí otro pedido de captura emitido por el Juzgado de Garantías Nº 8 de la provincia de Entre Ríos por una acusación de robo. Ahora se sumó otro requerimiento hacia los prófugos por parte de la fiscalía del Tercer Turno de Villa María, pero por algo mucho más grave: homicidio.
¿Cómo se llegó a considerarlos los presuntos autores del crimen? Un exhaustivo relevamiento de cámaras públicas y privadas, más algunos rastreos de teléfonos de celulares, permitieron orientas la pesquisa hacia estas dos personas.
Malagueño, por su parte, habría prestado cierta cobertura a los prófugos, y por eso quedó detenido.
Germán Torno fue encontrado sin vida por su hija el miércoles 21 de septiembre a las 18:30 horas en el domicilio de Independencia 70. El hombre estaba maniatado en sus extremidades, envuelto fuertemente en sábanas y frazadas, y con una media en su boca, lo que le obstruyó las vías respiratorias hasta fallecer.
El lunes anterior, según reveló el fiscal, Torno habría sufrido un intento de asalto, situación en la que recibió un golpe cerca de uno de sus ojos. Esta lesión, y algunas escoriaciones, eran las únicas marcas que presentaba el cuerpo. No hay heridas de arma blanca ni arma de fuego.
Por lo que se presume hasta ahora, Herrera y Luján habrían entrado a la casa entre el martes y el miércoles por la madrugada sin forzar aberturas ni cerraduras. El propio Torno les habría abierto la puerta. Entre los dos lo habrían atado y envuelto de manera tal, según se describió desde la fiscalía, “como si se lo quisieran llevar”.
No se sabe si esa era la intención, o solo buscaban inmovilizarlo y se produjo el deceso. Las motivaciones de esta acción todavía no se revelan.
En la casa había quedado dinero. Quienes lo mataron se llevaron el teléfono celular de la víctima y un identificador de llamadas de un portero eléctrico con visor instalado en la puerta principal de la calle.
Aparentemente no quisieron dejar rastros. Pero la presencia de dos cámaras particulares en las inmediaciones (una de ellas en un galpón justo frente al domicilio del crimen) aportaron los primeros registros. Con la sumatoria de cámaras públicas, se pudo seguir el rastro desde Villa María hacia Córdoba capital de quienes, según se tiene en la investigación, estuvieron en la casa donde vivía Torno.
Ante la consulta de La Voz, el fiscal dijo que todavía no cuentan con una certeza sobre el móvil del crimen. La hipótesis del robo se había relativizado en un principio por la presencia del dinero en la casa. Pero luego se supo que dos días antes lo habrían querido asaltar. Se investiga si hay alguna relación entre los dos hechos.
De los siete allanamientos que se hicieron en Córdoba en la madrugada del sábado 24 hubo cuatro en barrios Villa Libertador y Ampliación Cabildo que no arrojaron resultados.
En los otros, mencionados más arriba, se incautaron tres teléfonos celulares, varias tarjetas de crédito y débito, tarjetas SIM, blísteres, dos licencias de conducir, un manual de auto Fiat, un cargador y batería de un Handy, un pantalón y una campera negra, un morral de cuero color marrón y un jean color beige.
Esta indumentaria sería similar a la que habrían portado lo acusados el momento de cometer el crimen, y probablemente se hayan movilizado en un vehículo de la marca italiana.
La víctima era un funcionario municipal de Tío Pujio con una extensa trayectoria en la faz pública. Había sido 12 años presidente del Concejo Deliberante de esa localidad situada 18 kilómetros al noreste de Villa María. Al momento de su muerte ejercía como secretario del Tribunal de Cuentas.
Si su muerte tuvo que ver con su labor pública, aspectos de su vida privada, o fue un hecho de inseguridad aleatorio, está por verse. No parecer, a priori, haber sido un acto improvisado, al azar.
La investigación se concentra por ahora en dar con el paradero de los dos prófugos, acusados de matar brutalmente a Germán Trono.
