Pablo González Hernández, alias la Muerte, intimidaba a los habitantes del cantón Zapotitán, La Libertad, jactándose de tener el control de la zona.
En sus redes sociales mostraba las armas que tenía bajo su poder, con las que cometía delitos en contra de los salvadoreños.
La Policía Rural lo capturó y mientras las indagaciones avanzan, será procesado por agrupaciones ilícitas. Pasará décadas en prisión y ya no hará más daño.