Hace más de 10 años, Juan Pablo Puentes elegía La Cumbrecita como el lugar para echar raíces junto a su familia y dejar atrás la vorágine de la ciudad, donde trabajaba para una firma multinacional en la ciudad de Olavarría. A la localidad del Valle de Calamuchita la conoció por primera vez en el 2003, cuando llegó desde nuestra ciudad para participar de una competencia de montaña y se enamoró tanto de sus encantos naturales como de la tranquilidad que allí encontró.
Tras radicarse con su familia, puso en marcha un emprendimiento orientado a la elaboración de productos regionales que identificaran al pueblo serrano, al que denominó “La Pampita”, en honor a la pradera que hace las veces de ingreso a la localidad en donde en un primer momento tuvo su local productivo. Recientemente, su pequeña fábrica fue premiada en el Mundial del Alfajor con el premio mayor de la categoría Mejor Sabor Tradicional y a días de alcanzar ese galardón, Juan Pablo se subía a un avión rumbo al África para afrontar un nuevo desafío: escalar el pico más alto de ese continente.
“Hace más de 20 años que empecé a participar en carreras de aventura de montaña que muchas veces son combinadas entre trekking, mountain bike, canotaje y el uso de cuerdas en montaña. Yo vengo del canotaje y cuando me fui a estudiar a Buenos Aires comencé un poco en este boom de carreras de aventura, junto con amigos de Olavarría y de Buenos Aires.
Y empecé a viajar mucho en el país y a países limítrofes, hasta que en el 2003 estuve en La Cumbrecita participando en competencias de este tipo”, cuenta Puentes, mientras aún se encuentra en África a días de lograr su cometido.
La carrera universitaria y el trabajo lo apartaron un poco de la competencia de alto rendimiento pero nunca dejó de practicar el deporte aventura, al menos como un hobbie. A sus 41 años, se propone desafíos más personales que competitivos y junto a los amigos del deporte que recogió a lo largo de los años diagramaron el objetivo de ascender el monte Kilimanjaro, en Tanzania.