Si el tomate es una fruta o una verdura es una cuestión que suele aparecer en muchas conversaciones. Los tomates son un ingrediente muy habitual en la dieta mediterránea. Procedente de Latinoamérica, llegó a España en el siglo XVI donde comenzó pronto su consumo como alimento, mientras que en otras partes del continente, como Alemania, se utilizó como producto farmacéutico hasta mediados del siglo XIX. Las propiedades del tomate son comúnmente conocidas.
Rico en antioxidantes como el licopeno, resulta beneficioso para la piel y el cabello. Ayuda a reducir el riesgo de padecer cáncer de próstata, de colon y de estómago. Su contenido en calcio y vitamina K lo convierten en un aliado para fortalecer los huesos.
Son un gran aporte de vitamina C, vitamina A, vitamina B y Potasio. Además, el tomate permite un gran número de recetas y formas de cocinado: en ensaladas, zumos, al horno, cocidos, rellenos, fritos… Por lo que resulta muy sencillo incluirlos en nuestra dieta habitual.
A nivel biológico, el tomate es una fruta: El tomate es el fruto de la planta conocida como la tomatera. Según la RAE, un fruto es el “Producto del desarrollo del ovario de una flor después de la fecundación, en el que quedan contenidas las semillas, y en cuya formación cooperan con frecuencia tanto el cáliz como el receptáculo floral y otros órganos”.+
Y según este mismo diccionario una fruta es el “Fruto comestible de ciertas plantas cultivadas; p. ej., la pera, la guinda, la fresa, etc.” Por lo tanto, desde el punto de vista biológico, el tomate sería una fruta, aunque no se suele consumir como tal.
Una controversia histórica: Según parece, esta controversia se deriva de una ley que promulgó en 1887 la Corte Suprema de Estados Unidos por la que se asignaba impuestos a las hortalizas importadas, pero no a las frutas. Ante tal hecho, las empresas importadoras argumentaron que el tomate es una fruta, aportando el testimonio de biólogos que corroboraron que, como decíamos, el tomate es producto del ovario de una flor y, por lo tanto, una fruta. Aun así, no consiguieron tal denominación y tuvieron que pagar por él como hortaliza.
Esta sentencia, dictada por el juez Justice Horace Gray, ha traído consigo que la mayoría de los estadounidenses, incluso un gran número de nutricionistas del país, reconozcan al tomate como una verdura.
Algunos investigadores que han escrito sobre el tema defienden que la problemática viene de la distinción que el español hace entre fruta y fruto, mientras que en inglés se utiliza la misma palabra para denominar a los dos conceptos.