El Gobierno del Presidente Bukele trabaja con las distintas municipalidades para llevar desarrollo a las comunidades, especialmente a aquellas que tuvieron que esperar décadas para que sus necesidades fueran escuchadas y solventadas.
Tanto el Gobierno central como las alcaldías desarrollan distintos proyectos en favor de los jóvenes salvadoreños, a través de alianzas estratégicas con países cooperantes que se suman al esfuerzo para generar nuevas y mejores oportunidades a más sectores de la población.
Una de estas naciones es México, con quien El Salvador ejecuta el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, a través de la Dirección de Reconstrucción del Tejido Social y las comunas, financiado por medio de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID). El proyecto fue lanzado el 28 de octubre de 2020 en El Salvador y brinda oportunidades de capacitación laboral e incentivos económicos a jóvenes de entre 18 y 29 años.
Uno de los municipios beneficiados con este proyecto es Apopa, ubicado en San Salvador.
Hoy, el director de Tejido Social, Carlos Marroquín, asistió a la presentación de los resultados de esta iniciativa en esta localidad. En el evento también participaron la subdirectora de la institución, Ana Martínez; la alcaldesa de Apopa, Jennifer Juárez; y el embajador de México en El Salvador, Ricardo Cantú. “Hablar del proyecto ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’ es hablar de la muestra de cómo un país hermano, un país modelo, viene a ayudarnos en un momento coyuntural muy bueno. El Salvador está resurgiendo.
La historia ha comenzado a escribirse de forma positiva. Es un momento muy bueno. Se está construyendo algo distinto, un futuro esperanzador”, expresó Marroquín. El funcionario dijo que el acompañamiento del gobierno mexicano a las transformaciones que están lográndose en las distintas comunidades del país está beneficiando a aproximadamente 10,000 jóvenes, a través de diversas acciones laborales como de formación.
En tanto, el embajador de México, sostuvo que este tipo de programas de cooperación, solidaridad y apoyo mutuo contribuyen a construir relaciones de amistad. “México comparte lo mejor que tenemos, este programa es uno. Hay que reflexionar sobre lo que nos enseña este tipo de programas: nadie está tan pobre que no puede ayudar a su familia, a su vecino, o su país”, señaló.