España: Joven de 28 años mata a su madre con unas tijeras y se suicida
Los vecinos oyeron una fuerte discusión momentos antes de que el agresor se arrojara al vacío.
Un joven de 28 años asesinó ayer en Zaragoza a su madre de 54 y después se tiró por la ventana desde una cuarta planta.
El autor del hecho falleció en el acto al estrellarse contra el suelo, en la calle Miguel Servet de la capital aragonesa. Al parecer, el agresor, que padecía problemas psíquicos, se abalanzó sobre su progenitora con unas tijeras y le produjo cortes en el abdomen. La mujer fue hallada por la Policía sentada en el suelo, cerca de la entrada del piso, desangrada y ya sin vida.
El suceso ocurrió ayer entre las siete y las ocho de la tarde, en el pasaje de las Cigüeñas, una bocacalle peatonal situada cerca del centro comercial Alcampo de Utrillas.
Siempre solo con un perro
Según fuentes cercanas al entorno del asesino, este siempre salía a pasear solo con un perro. No se le conocía ocupación alguna ni era muy conocido entre los vecinos.
Fue una vecina la que avisó al 091 tras haber oído una fuerte discusión. De hecho varias personas que estaban en la calle Miguel Servet a la hora del crimen también manifestaron que habían oído gritos antes de que cayera al vacío el cuerpo del presunto agresor. «He visto caer el cuerpo a la calle a eso de las siete y cuarto de la tarde», señaló un testigo presencial que se hallaba en un bar situado enfrente del bloque del suceso, a la altura del número 111 de Miguel Servet. «El cuerpo del joven ha quedado entre la acera y la calzada y, cuando ha llegado la Policía, han montado una especie de carpa para taparlo», añadió esta misma persona.
Dijo además que le había parecido oír que iba a ser necesario forzar la puerta para poder entrar en la vivienda, donde vivían solo el agresor y su víctima.
"Creo que sufría de esquizofrenia"
«Iba conmigo al colegio», manifestó una residente de la zona. «Creo que no era un chico normal, que tenía esquizofrenia», añadió.
«Que yo sepa no hacía nada, no tenía ningún trabajo», continuó. «Le perdí de vista cuando terminó la ESO». A partir de las nueve de la noche, los hermanos de la Sangre de Cristo retiraron los cadáveres. Algunos vecinos, muy pocos, siguieron la escena desde sus ventanas, entre curiosos y horrorizados. Pero, por lo demás, el bloque donde ocurrió el sangriento suceso estaba prácticamente vacío. Los familiares de la víctima y del agresor empezaron a llegar al edificio sobre las ocho de la tarde, visiblemente nerviosos.
Rechazaron hacer declaraciones. Al parecer, el joven tomaba medicación para sus problemas psíquicos, pues uno de ellos repetía que «tomaba pastillas y pastillas y más pastillas».
Una carpa naranja en Miguel Servet
«Era alguien muy poco conocido», comentó el cliente de un bar. «Aquí nadie lo conoce, yo creo que casi no pisaba la calle», agregó esta misma persona. Sobre las diez de la noche, un vehículo de limpieza y baldeo de las calles apareció en Miguel Servet y disolvió con agua a presión la mancha de sangre que había quedado en la acera.
El suceso trastocó la vida tranquila del barrio de San José en la tarde festiva. Los conductores reducían la velocidad al pasar ante la carpa naranja montada donde había caído el cuerpo del suicida.
Y algunos chicos que iban en grupo se apostaban cerca del bloque de la tragedia para seguir el movimiento de los agentes de policía y los funcionarios judiciales. Pero la escasa actividad cesó casi por completo cuando se fue la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de la capital aragonesa tras realizar el levantamiento de los cadáveres.
Tercer asesinato en Aragón en lo que va del año
El ocurrido ayer es el tercer asesinato en Aragón en lo que va de año, si bien un vecino de Gallur mató a su mujer en Tudela en los primeros días del año. En Zaragoza, también en enero, fue detenido un hombre de 50 años que se entregó a la Policía por matar, presuntamente, a su compañero de piso, con el que vivía en la calle Palencia. En febrero, por su parte, un hombre mató a otro en Ejea de los Caballeros y otra persona resultó herida en el curso de una reyerta entre clanes.
El suceso tuvo lugar sobre las dos y media de la madrugada del 25 de febrero, en una vivienda de la calle Juliana Larena.
