La historia empieza en Estados Unidos
Sus investigaciones están focalizadas en el Triángulo Norte y en México. Sin embargo, para hablar de las maras, hay que arrancar la historia en Los Ángeles. ¿Por qué? Los Ángeles y la costa californiana son factores importantes para comprender el fenómeno de las pandillas, en particular la Mara Salvatrucha y Barrio 18. Para entender los orígenes de Barrio 18 hay que pensar en los migrantes mexicanos que llegaron a Estados Unidos en el programa Bracero, a mediados del siglo XX. Era un programa que les permitía a los migrantes trabajar legalmente en Estados Unidos, sobre todo para trabajar en la construcción de vías férreas. California es uno de los lugares más ricos del mundo y necesitaba mucha mano de obra. Esa oleada migratoria generó una cultura híbrida muy rica conocida como la cultura chicana.
¿De ahí surge la figura del "pachuco"?
Claro, el "pachuco" es la figura cultural arquetípica, caracterizado por el uso de los trajes zoot. Pero también generó un movimiento cultural e identitario muy fuerte. En la cultura popular aparece caricaturizado, es el coyote que anda con saco. También hay muchas referencias en el cine mexicano, las canciones de la banda mexicana Maldita Vecindad o el personaje Tin Tan (Germán Valdés), que el hermano del actor que personificó a Don Ramón en el Chavo del 8 (Ramón Valdés).
Era toda una cultura, con valores y normas, y también una expresión de moda. Era bastante más que una forma de vestimenta, había detrás una concepción híbrida del mundo. Los mexicanos, en definitiva, se instalaron en Los Ángeles, entre las clases más bajas. Eran obreros, la mayoría no hablaba inglés. Estaban dentro del sector subalterno y marginado de la sociedad californiana. Empiezan a formar pandillas y eso originó el movimiento zoot suits, que tuvo enfrentamientos callejeros muy fuertes con los marines después de la Segunda Guerra Mundial.
Los pachucos tenían una impronta muy irreverente de pararse frente a la cultura anglo, eran desafiantes ante el sistema. Ya en aquellos años surgen las primeras pandillas méxico-americanas, que todavía subsisten en California y son un problema grande de seguridad, como la White Fence, Hawaiian Gardens, Barrio 38, Barrio 36 y la propia Barrio 18.
¿Cómo respondieron las autoridades estadounidenses?
Enfrentaron el fenómeno de manera desatinada, básicamente los fueron metiendo en las cárceles de San Quintín y en el penal del Folsom. Muchos de ellos ni siquiera debían estar ahí porque eran menores de edad, pero estos jóvenes se abrieron campo dentro de las unidades penitenciarias. Y se abrieron campo con violencia.
Crearon un sistema que llamaron "El Sur", porque eran pandillas que operaban al sur de California. En este proceso la estética fue cambiando, ya no eran pandilleros de saco y corbata, con sombreros de ala ancha, sino que incorporaron la estética carcelaria: aparecen rapados, con pantalones anchos, camisas pegadas, tatuajes y con esa red que se ponen en la cabeza, que era la que usaban los cocineros en la cárcel.
Todo esa estética está asociada a la vida en los penales y, en particular, a las tareas de servicio, que era lo primero que les tocaba.