La masacre de estos cuatro soldados fue cometida el 10 de octubre de 2016, luego de privarlos de libertad en un microbús de transporte público que, por error, abordaron.
El crimen contra los cuatro militares quedó en la impunidad. El jueves fueron arrestados nuevamente dos de los que fueron acusados por esa masacre Dos miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13) que fueron procesados (y luego puestos en libertad) por la masacre de cuatro soldados de la Fuerza Armada en octubre de 2016 en la colonia Vista al Lago, municipio de Ilopango, fueron capturados el jueves anterior, en San Juan Opico, según informó la Policía Nacional Civil (PNC) en su cuenta de Twitter. Los detenidos fueron identificados como Miguel Antonio Díaz Saravia, alias Castor, y Henry Alonso Romero Rosales, alias Adicrimen o Pulga. En la fallida investigación que realizó la Fiscalía contra 32 pandilleros a quienes acusó de cometer una veintena de homicidios, a estos dos los señalaba de ser los autores materiales de los asesinatos de los soldados Leonidas Enrique Morales Morán, de 22 años, Nelson Omar Díaz López, de 22, Saúl Humberto Turbín Gómez, de 24, y Wilfredo Pérez López, de 26. La masacre de estos cuatro soldados fue cometida el 10 de octubre de 2016, luego de privarlos de libertad en un microbús de transporte público que, por error, abordaron los cuatro militares que se dirigían a un curso en las instalaciones de la Fuerza Aérea, en Ilopango, como preparación para viajar a Malí. En la tarde del pasado jueves, la PNC informó que Díaz Saravia y Romero Rosales serán acusados de homicidio agravado y organizaciones terroristas.
| Agentes policiales conducen al «Castor» y al «Pulga», acusados de diversos delitos. / Foto difundida por la PNC
Ambos se habían ido a refugiar a San Juan Opico, huyendo, según la PNC, de los operativos policiales que desde el pasado 27 de marzo se desarrollan en el marco del régimen de excepción que fue decretado por una alza súbita de homicidios que dejó 87 víctimas.
A principios de diciembre de 2021, Díaz Saravia y Romero Rosales fueron absueltos de la acusación que les hacía la Fiscalía, luego de que el juez no diera credibilidad al testigo criteriado presentado por la Fiscalía, debido a que en su testimonio se contradijo. El juez resolvió que lo dicho por el testigo presentado por la Fiscalía carecía de credibilidad y que su declaración se contradecía con otras pruebas presentadas por la Fiscalía.
La pieza clave de la investigación presentada por la Fiscalía era un testigo criteriado, miembro de la misma organización criminal. Según la investigación que realizó la Fiscalía, basada en el testigo criteriado, fue Adicrimen o Pulga quien lideró la privación de libertad de los cuatro militares.
Una vez que tuvieron sometidos a los cuatro soldados, Adicrimen llamó por teléfono a otro pandillero con una jerarquía mayor que él, identificado como José Alberto Mejía Clímaco, alias Black o Perico, y le informó que tenía “detenidos a unos sujetos aparentemente militares”. El Black le respondió que “no hablaran de eso por teléfono”, después de diez minutos, llegó el sujeto al lugar y les dijo que no podían matarlos porque en ese momento tenían prohibido matar soldados y policías.
Pero minutos después Miguel Antonio Díaz Saravia, alias Cartoon o Castor, quien tenía poder de mando dentro de la MS, fue quien ordenó que mataran a los soldados, a quienes condujeron amarrados hasta el lugar donde fueron encontrados sus cadáveres en el 2019.
Por la masacre de los cuatro militares, la Fiscalía acusó, además de Díaz Saravia y Romero Rosasles, a Eliseo Medrano Ayala, José Alberto Mejía Clímaco y José David Rodríguez. Pero todos fueron absueltos por esos cuatro homicidios. La Fiscalía no pudo sostener las acusaciones.
“No es como Nayib piensa que los jueces son corruptos. Los jueces dan esas resoluciones porque los criteriados se arrepienten (de colaborar con la Fiscalía) y llegan solo a mentir; entonces al juez no le queda otra opción que absolver”, afirmó un abogado que participó como defensor en ese caso.
La masacre de los cuatro soldados, que también eran campesinos entre los 20 y 24 años de edad y que vieron en el Ejército una forma de empleo, quedó en la impunidad. |
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