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"Ella nunca vio la maldad en la gente" Revelan detalles sobre el crimen de Helena Bustos


El homicidio de Helena Bustos fue un caso policial que remeció a Valdivia por su brutalidad: dos mujeres mandaron a matarla y fueron condenadas a 20 años de cárcel por este homicidio. Tras una investigación, revelaron escabrosos detalles de este crimen.
Amigos y parientes de la joven aún claman justicia por las calles de Valdivia. Lo que comenzó por una desaparición y denuncia por presunta desgracia, con el correr de los días dejaría al descubierto uno de los crímenes más macabros por encargo del que se tenga registro hasta la actualidad.
Helena, proveniente de Valdivia, se fue muy joven de la casa de sus padres. Hasta inicios del 2020 vivió en el sector costero de Los Molinos con su tía Paulina Burgos. Sin embargo, la joven quedó cesante y le dijo a su tía que volvería a la ciudad para buscar trabajo.
Allí arrendó una pieza en la casa de dos mujeres que vivían en la población Norte Grande de Valdivia. Las arrendatarias eran Cecilia Mimica Pino de 69 años y su hija Maggi Filgueira Mimica de 52. Según consta en la carpeta investigativa uno de sus mejores amigos, Matías Pereira Troncoso de 18 años, le había dado el dato del arriendo.
"A pesar de su edad, seguía siendo una niña que no veía la maldad en la gente. Ella nunca vio la maldad en las personas que la rodeaban", relata Paulina Burgos, tía de la joven.
Lamentablemente, el lugar donde llegó estaba marcado por el tráfico de drogas. De hecho, Cecilia Mimica era una conocida microtraficante de la zona. Ella y su hija lideraban la venta de todo tipo de estupefacientes en la población Norte Grande. Matías, el amigo de Helena y Fernando Quevedo Gajardo eran los brazos operativos para llevar a cabo las transacciones de la droga.
Sin embargo, a los pocos meses de convivencia, las rencillas entre Helena y las dos mujeres dueñas de casa se hicieron insostenibles. Los celos, la envidia, la desconfianza y quizás algún otro motivo desconocido provocaron que la echaran de la vivienda.
Desde el día en que se fue Helena, Cecilia y Maggi comenzaron a planear el homicidio. Ofrecieron a Matías y Fernando 7 millones de pesos por la muerte de Helena. Pero con la condición de que la muerte de Helena fuese extremadamente dolorosa y estar presentes al momento del crimen.
El subprefecto Rodrigo Morales, jefe de la Brigada de Homicidios, detalló que "en la investigación nos sorprendimos por cómo escogieron el lugar e incluso concurrieron un día antes. Ellas estaban a doscientos metros del sitio con el fin de asegurarse que terminaran con la vida de ella".
Fue a tal extremo que las mujeres proporcionaron a los sicarios todos los elementos necesarios. El cuchillo cocinero de gran tamaño para matarla, un teléfono nuevo para las comunicaciones, overoles para cubrir sus ropas.
Además les dieron un auto para que pasaran a buscar a Helena y la llevaran al sitio que ellas mismas habían elegido para que se cometiera el crimen: la ribera del río Calle Calle en el sector de Quitacalzón, distante a 15 kilómetros de Valdivia.
Día del asesinato
El 28 de abril del 2020, Matías y Fernando llamaron a Helena y le pidieron que los acompañara a realizar una transacción de drogas. Llegaron al sitio, previamente establecido. Estacionaron a orillas del camino y Fernando descendió del vehículo y se sentó junto a Helena en la berma mirando hacia el río. Fue Matías quien por la espalda atacó a la joven.
A unos 100 metros, escondidas tras la vegetación Cecilia y Maggi observaban todo. Tras matar a Helena ambos sicarios lanzaron por entre la vegetación el cuerpo al río. Días después dada su larga desaparición, familiares de Helena interpusieron una denuncia por presunta desgracia. El 21 de mayo, 23 días después del crimen, un lugareño que navegaba por el río descubrió el cuerpo.
El fiscal de Los Ríos, Juan Agustín Meléndez, catalogó este hecho como “un caso complejo, dramático, brutal. Cambiamos a una hipótesis de homicidio derechamente” al ver las características del asesinato y de la escena del crimen.
El subprefecto Rodrigo Morales, declaró que, tras el asesinato, la primera misión fue "entrevistar al círculo cercano de Helena y cuando sus amigos nos declaran, existían incongruencias en sus entrevistas".
Entre los amigos de Helena los detectives entrevistaron como testigo a Matías. Le pidieron que los autorizara para revisar su celular y así acceder a sus redes sociales, pero la escena del crimen acabaría por delatarlo.
El rastreo policial permitió encontrar entre la vegetación algo que sería relevante para dar con los homicidas: un rosario. Cuando la evidencia recopilada por carabineros fue remitida al cuartel de investigaciones, el detective que interrogó como testigo a Matías recordó una foto que vio mientras verificaba su celular.
El subprefecto, en aquel momento, recordó que "vi la fotografía que nosotros obtuvimos con el rosario puesto, que fue el día anterior a la escena. De forma voluntaria, confesó haber participado como autor material junto a su amigo Fernando.
El 30 de mayo de 2020 los cuatro involucrados fueron formalizados por el homicidio calificado de Helena Bustos Sánchez. Matías fue condenado a 18 años de prisión efectiva. Los otros tres responsables a 20 años de cárcel.
"Lo único que quisiera es saber por qué hicieron eso, qué les hizo ella realmente. Ellos hablaban de una droga que nunca fue encontrada, entonces qué maldad pudo haber hecho. Yo nunca la vi pelear, nunca la vi enojada. Hay cosas que no me calzan", lamenta la tía de la joven.
La policía y los fiscales jamás lograron determinar a ciencia cierta el real motivo por el que las mujeres mandaron a matar a Helena.

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